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Terrarios para crustáceos

Santuarios naturales donde tu crustáceo prospera

Descubre hábitats pensados para mimetizar su entorno: materiales acuáticos de calidad, control exacto de temperatura y humedad, sustrato y refugios que facilitan la muda y el comportamiento exploratorio, todo con limpieza rápida y demostrada por aficionados satisfechos.

Niña feliz abrazando a su gecko mascota

Terrarios por tipo de crustáceo

Encuentra el terrario perfecto diseñado específicamente para tu especie favorita

Guía de Cuidado para Crustáceos en sus Terrarios

Todo lo que necesitas saber para mantener a tus cangrejos e isópodos felices y saludables

Sustrato adecuado

Un sustrato de mezcla arenosa y fibra de coco recrea la capa superior de su entorno natural, permitiendo excavaciones y muda saludables.

✨ Beneficio:

Facilita que tus crustáceos se escondan y rasquen.

💡 Tip práctico:

Coloca al menos 5 cm de espesor para que puedan enterrar sus cáscaras con comodidad.

Temperatura ideal

La mayoría de los cangrejos e isópodos prosperan entre 22 °C y 26 °C.

✨ Beneficio:

Un ambiente templado acelera su digestión.

💡 Tip práctico:

Usa una lámpara de cerámica de baja intensidad o un cable calefactor con termostato.

Humedad controlada

Mantén humedad relativa entre 70 % y 85 %.

✨ Beneficio:

Previene deshidratación y facilita la muda.

💡 Tip práctico:

Pulveriza agua filtrada una o dos veces al día, enfocándote en las esquinas y plantas.

Alimentación equilibrada

Ofréceles una dieta variada: hojas secas, pellets de calcio, frutas y verduras blandas.

✨ Beneficio:

Un menú diverso fortalece su caparazón

💡 Tip práctico:

Cambia el agua y limpia el recipiente cada día para evitar la proliferación de bacterias.

Limpieza periódica

Renueva parte del sustrato cada mes y limpia oscuros de refugio sin eliminar todas las bacterias beneficiosas.

✨ Beneficio:

Un entorno sano limita olores y enfermedades.

💡 Tip práctico:

Traslada temporalmente a otro contenedor y cambia solo el 30 % del sustrato contaminado.

Siguiendo estos 5 pasos tendrás crustáceos prósperos y felices

Preguntas Frecuentes sobre Terrarios para Crustáceos

Encuentra respuestas a las preguntas más comunes sobre terrarios para crustáceos

Instala una luz LED de espectro cálido y bajo consumo colocada en un rincón elevado. Este tipo de iluminación realza los colores naturales sin calentar en exceso el terrario ni interrumpir los ciclos de actividad. Verás sus exploraciones y comportamientos de muda de forma cómoda, mientras ellos se sienten tranquilos en un ambiente que simula el atardecer de su hábitat.

Coloca un cuenco poco profundo (1–2 cm de profundidad) sobre un lecho de piedras lisas que eleve ligeramente el agua. Añade una piedra grande o un trozo de corteza para que tus crustáceos suban y acompañen la evaporación natural. Así lograrás una humedad puntual sin empañar las paredes ni encharcar el sustrato, y tendrás un microhábitat funcional donde ellos pueden hidratarse sin riesgos.

El microsorum (helecho de Java), la pothos y el musgo sphagnum crean refugios y zonas de humedad saludable. Todas aportan oxígeno y ayudan a estabilizar el microclima. Elige ejemplares libres de pesticidas y fíjalos en macetas pequeñas para evitar raíces invasivas.

Observa si reducen la actividad, rechazan la comida o presentan mudas a medio terminar con exoesqueletos pegados. También presta atención a posturas rígidas o intentos repetidos de escape. Al detectar estos síntomas, revisa primero la ventilación y el nivel de humedad.

Construye una pequeña caseta de madera o corteza con entrada lateral estrecha (2–3 cm) y fondo cubierto de arena fina. Ubícala en un rincón tranquilo, lejos de corrientes directas de aire. Este “segundo plano” les brinda seguridad durante la muda, minimiza interferencias y reduce el riesgo de mudas incompletas.

Instala dos rejillas de malla fina: una en la parte baja y otra en la parte alta del terrario. Ajusta la apertura de la inferior para que entre aire fresco y la superior para que salga el aire cálido. Esta ventilación controlada evita la acumulación de humedad y mantiene a raya mohos o malos olores, sin ofrecer rutas de fuga para tus pequeños inquilinos.